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Hace algunos meses me puse a pensar que siente un turista cuando visita Argentina. Fue ahí cuando me contacté con Fernando, un guía de Buenos Aires Free Walks. Durante esa experiencia conocí muchos turistas y en base a los testimonios y la experiencia de Fer se consiguió la siguiente crónica.

Puerto_Madero     

Habiendo llegado el sábado a la noche a Buenos Aires quedé inmediatamente sorprendido por la arquitectura de la ciudad. No era mi primera parada en Sudamérica, por eso mismo la sorpresa fue doble, porque la ciudad no se parecía en absoluto a ninguna de las que había visitado. Los edificios, las calles, las estaciones de subte, la gente, había pocas similitudes con todos los lugares a los que fui anteriormente.

obelisco

También, habiendo llegado el sábado a la noche, me vi envuelto apenas llegue al hostel en el ambiente de la “previa” del sábado por la noche. Inmediatamente subí a mi habitación me duché y bajé a sumergirme en el ambiente de una noche de fiesta, en la ciudad de la que apenas conocía la terminal de autobuses y un recorrido de taxi hasta donde me hospedaba.

No sé si alguna vez escucharon hablar de la noche porteña, pero es increíble (y larga), tanto que terminé volviendo a las 6 a.m al hostel, agotado ( un poco ebrio), pero con una tonta sonrisa en mi cara pensando en la locura que habían sido mis primeras 10 horas en Buenos Aires.

jacarandaFruto de esto, el domingo recién pude salir de mi habitación a la 1 de la tarde, y después de un rápido almuerzo (resaca de por medio) decidí salir a explorar un poco la ciudad. Había escuchado de una compañía de Free Walking tours que empezaba un recorrido a las 3 p.m en la puerta del Congreso Nacional, y que mejor forma de empezar a descubrir la metrópoli que con un guía que explique un poco más en detenimiento los alrededores.

Siempre intento hacer este tipo de recorridos en las distintas ciudades a las que voy porque son una gran alternativa para tener un gran panorama de la ciudad, y al ser el precio basado en propinas, hace que los guías realmente se esfuercen en su trabajo, lo que los predispone de mejor manera a cualquier tipo de pregunta y a dar recomendaciones sobre las cosas a hacer durante la estadía.

congreso

Tomé mi mochila, y comencé a transitar avenida de Mayo en dirección hacia el Congreso, cuya silueta era visible desde el principio de la misma. Apurando la marcha, un poco por miedo de no llegar en horario, pero mirando los alrededores en el trayecto. Al arribar a la puerta del Congreso me encontré ya con un grupo de alrededor de 15 personas de diferentes países con un mismo interés, entender un poco más acerca de Buenos Aires. Fui recibido por el guía, cuyo nombre era Fernando, que al verme jadeando bromeo conmigo diciéndome que por más que el horario de inicio del tour dijera a las 15, en realidad empezaba 15.10 porque en Argentina me iba a dar cuenta que hacían todo un poco más tarde.

Cabildo

Así, ya recuperado el aliento, comenzamos con el tour. Lo primero que nos contó fue un poco de los orígenes de Buenos Aires, desde su poco fructífera primera fundación (con canibalismo de por medio), hasta el crecimiento exponencial a finales del 1700 por el desarrollo del puerto de la ciudad (haciendo que me golpee la cabeza habiendo recién ahí entendido porque se les dice “porteños”). Entendimos que una de las razones por la cual es difícil encontrar arquitectura colonial en la misma es porque la mayoría de los edificios fueron demolidos, para que la aristocracia del 1800 pudiera construir una ciudad nueva, una ciudad diseñada e inspirada en las grandes capitales europeas, que hiciera que se la conociese como la París del Sur.

Simplemente mostrando a los alrededores del congreso, nos mostró que había arquitectura inspirada en Venecia ( con un edificio que en la cima tenía una réplica exacta del reloj que se ubica en la Plaza San Marcos), un edificio de estilo art nouveau,. El Congreso, que es uno de los más grandes del mundo y una obra arquitectónica maravillosa,  entre una de sus tantas particularidades es que es perfectamente simétrico y un símbolo de la opulencia argentina arribando al 1900. La recomendación que nos dio mientras caminábamos era muy simple, simplemente mirar para arriba mientras nos adentrábamos en la avenida, siendo esa la única forma de realmente apreciar las maravillas que estaban de paso. Cinco minutos y ya estaba impresionado.

A medida que íbamos recorriendo la Plaza del Congreso paramos a apreciar alguna de las esculturas que decoran los maravillosos parques. Una nos llamó particularmente la atención, ya que perdido al final del último parque se encuentra nada más y nada menos que “El Pensador” de Rodin, al que explicó un poco como broma, pero con su cuota de verdad, que lo pusieron en el parque para mostrar que estos eran más bellos que los museos en otros países.

Después, nos adentramos en la avenida que era la estrella del recorrido: Avenida de Mayo, la cual fue construida inspirada en una de las calles más famosas del mundo: Champs Elysees. No lo había notado hasta que lo mencionó, pero el parecido es remarcable, las luces de la calle, las estaciones de subte emulando las del metro parisino e inclusive los mismos árboles. Una cuadra después de empezar la avenida nos encontramos con una maravilla arquitectónica única, el Palacio Barolo, un edificio inspirado completamente en la “Divina Comedia” de Dante Alighieri, que fue construido en parte para ser el mausoleo del mismísimo autor, cuyos restos iban a ser trasladados a Buenos Aires para darle sepultura en el centro de la capital.

Un edificio que hasta el último detalle retrata la obra maestra del escritor italiano, dividendo al edificio en las tres secciones del inframundo. Está diseñado de tal forma que la única forma de subir a su domo es haciendo la misma travesía que Dante realiza en su libro, es decir atravesando un infierno representado por nueve arcos ( como los nueve círculos descriptos en el libro) con luces colgantes en fauces de demonios, subiendo hasta el piso 14 que es el purgatorio (son 14 pisos, dos por cada uno de los pecados capitales) y encontrando en el medio un solo ascensor que es el que te elevara al cielo, inspirado en un templo budista y coronado con un faro representando la luz divina de dios. WOW.

obelisco_Atardecer

A medida que caminábamos, y esta vez mirando en detalle, pude apreciar como los distintos estilos arquitectónicos se mezclaban en cada cuadra, pudiendo ver edificios franceses enfrente de algunos de estilo art deco, al lado de edificios parisinos, creando una muy interesante yuxtaposición que hace a Buenos Aires única.

Luego de cruzar 9 de julio, la avenida más ancha del mundo según los porteños (nunca decirles los contrario, están bizarramente orgullosos de esto), y mientras Fernando nos explicaba sobre la política de argentina frente al mural de Evita Perón, pasamos por la puerta del emblemático Café Tortoni, el más antiguo del continente, donde adentro intentan mantener el espíritu del Buenos Aires de 1900, con toda su elegancia y bullicio que es realmente una ventana al pasado glorioso de esta ciudad que paso a paso me maravillaba y sorprendía. Más adelante y luego de cruzar Florida y escuchar de fondo su característico “cambio, cambio, change, cambio, cambio”, donde se nos explicó el porqué del “dólar blue” llegamos al epicentro de la ciudad, Plaza de Mayo.

El lugar donde pasó de todo. Desde reconquistas y defensas, a la declaración del primer gobierno autónomo de argentina y bombardeos, pasando por revoluciones y manifestaciones. Rodeada por la Catedral donde el papa Francisco daba misa. En ese mismo lugar están los restos de San Martin y la famosa Casa Rosada desde donde Evita dio su último discurso, esta plaza es uno de los lugares más significativos para los porteños. Y en el medio, las bandanas de las madres de plaza de mayo rodeando la pirámide de la plaza, que evocan uno de los más tristes recuerdos de la historia reciente de este país.

catedral

Cuando termino el tour entre a la catedral para sacar algunas fotos y al salir recortando su silueta en el atardecer vi el obelisco, el monumento más conocido de la ciudad, y me quede contemplándolo. Fue en ese momento cuando termine de procesar toda la información que recibí en el tour. La verdad es que no sabía mucho de Buenos Aires, ni de Argentina en sí, pero cuando uno escucha su historia tiende a recordarle una melancolía de un tango. Un país donde paso absolutamente de todo, guerras civiles e invasiones, periodos de increíble apogeo económico y crisis financieras, democracia y golpes militares, y sin embargo ellos siempre estuvieron así, como el obelisco, erguidos no importando que se viniera encima, y uno no puede evitar pensar que si siguen así eventualmente se pueden convertir en esa capital de ese imperio que nunca fueron.

Buenos Aires es una ciudad asombrosa llena de historias ocultas, de mitos y posee una belleza nostálgica que hace que sea un lugar único en el mundo. Me alegro que todavía me queden 6 días más en la ciudad, porque si ese es el sentimiento que me genero una sola avenida, no puedo imaginar que queda para descubrir en ella.

Muchísimas gracias a Fer por el profesionalismo, la información, las fotos del post y la buena onda que le ponés a cada salida!

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