Mi Barrio es una de las primeras hamburgueserías que conocí en Buenos Aires. Sin dudas son pioneros en la movida que creció tanto en estos últimos dos o tres años.
Hacía un tiempo que no iba a comer a este lugar. Un domingo al mediodía pasé por el pequeño local de la calle Arenales y decidí parar a comer.
Por las noches este local está reventado de gente, les recomiendo que vayan al mediodía como hice yo. No había nadie, por lo tanto pude sentarme y me trajeron el pedido rápido.
Pedí una Recoleta y mi novia una Palermo. La primera es con una hamburguesa de 160 gramos, queso brie, cebolla caramelizada, rúcula y una mayonesa de aceto.
La Palermo consta de una hamburguesa de 160 gramos, cheddar, panceta, huevo a la plancha, cebolla y salsa barbacoa.
Como dije antés, hace un tiempo no comía en Mi Barrio. En aquel momento lo peor del lugar fueron las papas. Debo decir que decididamente cambiaron. Estaban muy buenas y la mayonesa con chimi que las acompañan es estupenda.
Yendo a la hamburguesa en si: nunca bajo su calidad. Son de las mejores que probé, top 3 si me apuran. El pan es perfecto, la carne impecable. Todos los ingredientes se notan que son de calidad.
El punto de la carne es el ideal, bien jugosa.
Lo único de lo que puedo quejarme, buscando el pelo al huevo, es que la Recoleta se desarma fácil. No así la Palermo, que resiste estoicamente (?).
Gastamos 360 pesos entre las dos hamburguesas, las papas, una gaseosa y una limonada. Hubiese sido más, pero con Club La Nación les dan un 20% de descuento.
Si tengo que ponerle un puntaje a las hamburguesas de Mi Barrio sería un 9. No hay fallas en ningún lado, más con la mejora de las papas.