Era la segunda vez que viajaba a China. No tenía dudas que la Gran Muralla China era una visita obligada. Organicé el itinerario para quedarme unos días en Beijing.
La estadía era de dos días y dos noches en la capital de la República Popular China y teníamos mucho para hacer. Nos calzamos unas zapatillas cómodas y arrancamos la maratón por la ciudad.
Ir a la gran muralla china es una excursión de día completo. O sea que el día que llegamos ya no podíamos ir y no quedaba otra opción que arreglar para el siguiente. Averiguamos en el hotel y quedamos en confirmar a la noche si tomábamos la excursión que ellos ofrecían.
Había 4 grandes cosas que no queríamos perdernos y una agenda difícil de organizar. La gran muralla china, Forbidden City, Tia’n anmen Square y Temple of Heaven. Éste último es de medio día, Tia’n anmen Square de dos horas. Dijimos de hacer eso el primer día y ver cómo organizar. El Segundo que pintaba para un problema de cronograma.
Cuando nos estábamos yendo de Temple of Heaven escuchamos a un señor, que nos sorprendió hablando en buen inglés, diciendo «Greatwall tour». Nos acercamos y como argentinos que somos desconfiamos. Nos ofrecía por $90 dólares llevarnos a 3 personas a un sector de la muralla en medio del campo, en un auto privado y sin otros turistas. A quien no le llamaría la atención lo que nos ofrecía. Y nos tentaba a la vez porque de esa manera ibamosa poder hacer todo lo que queríamos sin problemas.
Quedamos entonces en encontrarnos 7.30 en el lobby del hotel a la mañana siguiente. Fue una apuesta porque si no venía nos quedábamos sin conocer la muralla.
Al día siguiente a las 7.25 lo vemos entrar, nos miramos con cara de si estábamos seguros en ir. Ya estábamos jugados, así que aceptamos. Pero antes le pedimos un documento y una foto a la patente del auto para mandar a nuestras familias, por si no volvíamos al terminar el día. Aceptó sin problema y arrancamos el viaje de unas dos horas.
Al salir de Beijing el paisaje es muy lindo y con mucho menos smog. De golpe en un pueblo en el medio de la nada frena y nos dice que bajemos y lo sigamos. Debo confesar que por un momento pensé que nos habían secuestrado de la manera más boluda del mundo. Dejamos el abrigo en el auto y nos dio unos binoculares. Entramos al pueblo, salimos al patio de una casa y ahí estaba la muralla, con una entrada en el jardín de un vecino.
Subimos y nos dice «les sacó unas fotos y ustedes van a caminar hasta arriba, y luego bajan por el otro lado, yo los voy a estar esperando en la siguiente salida que hay otro pueblo. Tienen 2 horas y media para llegar».
Las fotos las pueden disfrutar acá. No nos cruzamos con ningún turista, la muralla era exclusiva para nosotros. Años de historia. Las torres debo decir que estaban bastante sucias por dentro, por otros visitantes que no les importa cuidar el lugar.
Al bajar nos encontramos con Atila, nuestro guía que a partir de ahí se convirtió en héroe. Al regresar paramos a comer algo de camino, nos llevo a una casa de té (si, obvio que compramos té).
Finalmente nos dejo cerca de Forbiden City y nos dijo que lo mejor era ir al jardín Jingshan Park para ver de la altura toda la ciudad y disfrutar del atardecer. Nuestro héroe una vez más la clavo en el ángulo y las vistas del lugar no defraudaron.
Resumen de la visita a la Muralla China
- Duración: 7/8 horas
- Costo: $30 dólares por persona en excursión privada
- Lugar 100% original, sin reconstrucciones ni turistas dando vueltas
- Para contactarse con Atila tienen que enviarle un email a lei.2.6@126.com