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Subte
Este viaje en subte fue el 13 de abril del corriente año. Para comenzar, quiero destacar la amable atención del molinete que no me tomaba la monedero (no, no tengo SUBE). Por suerte un empleado de Metrovías allí presente me espeto un “pasa por acá papi”, y pude adentrarme en la estación.

Hay que destacar el estado de Bulnes, pocas goteras, no tan mal olor y por sobre todas las cosas, EL SISTEMA DE SAUNA. Si señores, ¿para qué quieren un ventilador? Metrovías te ofrece por la módica suma de, esteeee…. ehhhh… nadie sabe cuanto se paga de subte ya… un sistema de sauna, para aquellos usuarios con algunos kilitos de más.

Por suerte el subte llegó en horario, luego de una amena espera de unos 8 minutos. Se observaba mucha gente, como siempre, ansiosa por abordar. Subí, y lo primero que noté fue: el sistema de sauna también funcionaba perfecto dentro de la formación. Realmente es magnífico, uno transpira más que corriendo una maratón.

 El coche era un Fiat del año 1852, en un estado más que impecable. Solo habían 3000 grafittis y 240 papelitos de “arreglo iphone”, “aprenda ingles/alemán/francés/japonés/malayo” y “clases de guitarra”.

 A mi lado había una señora que se quejaba constantemente, y un muchacho con una mochila, que ya envidiaría un beduino, colgada en su espalda. Celebro la obstinación del susodicho en no sacarse la mochila en todo el trayecto, admirable.

 A los pocos minutos hicimos la primera escala, estación Agüero (AG). En dicho lugar se subió solo una señora, la cual automáticamente empezó a despotricar contra el excelente servicio. En algún momento del trayecto hasta PUE la señora dijo que quería viajar cómoda, y desde el fondo se escuchó un “si quiere viajar cómoda vaya en taxi señora, no se suba al subte”.

El viaje transcurrió sin novedades, no se subió ni bajó nadie hasta 9DJ. En esta estación pude observar el movimiento de pungas de siempre, y algún grito de una señorita, la cual denunciaba haber sido victima de estos muchachitos.

Así fue como, con dos kilos menos, arribamos a CAT. Como siempre fui por la escalera manual, donde tardé casi lo mismo en salir que en hacer todo el trayecto. Acá también pude observar a un punga encamperado trabajando.

Quiero saludar a la gente de Metrovías por su excelente servicio, y saludar también al muchacho de la mochila gigante.
Puntaje del viaje: 0,001

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